Se puede combatir la obesidad y perder peso caminando, sin necesidad de estar todo el día en el gimnasio. Sólo necesitas un poco de técnica y constancia, para combatir la obesidad, caminando. A continuación te mostramos como has de caminar para perder peso.
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Combatir la obesidad caminando es posible.
Hay personas que piensan que para adelgazar, hace falta pasarse unas horas en el gimnasio sudando, y que creen que la idea de quemar grasas sólo caminando es ridícula, pero no lo es.
Numerosos estudios muestran que “Como cualquier actividad física constante, caminar hace que el metabolismo queme calorías y convierta los glúcidos, las grasas y las proteínas en energía y no en reserva adiposa.”. Debemos recordar que nuestro peso depende en gran medida de las calorías consumidas y las quemadas. Un aumento de peso, es el resultado de un desequilibrio entre este balance.
¿Cómo aumentar el metabolismo caminando?.
Una cosa muy importante a la hora de perder peso es, tener en cuenta que cuanta más masa muscular tengamos, más energía quemaremos. Si nuestra masa muscular es mayor que nuestras reservas adiposas, más alto será nuestro metabolismo, es decir, la cantidad mínima de energía que necesitamos para estar vivos, y mayor número de calorías quemaremos. Por eso, es tan importante ganar músculo para adelgazar, y que si realizamos alguna dieta, ésta nos haga perder grasa y no músculo como ocurre con muchas dietas desequilibradas.
Caminar es una actividad perfecta para conseguir quemar grasa, siempre que esté asociada a una alimentación equilibrada, claro, ya que hace que la masa muscular se incremente y se quemen más calorías.
Dos o tres sesiones de 25 minutos a la semana, garantizan resultados visibles a partir de los primeros tres meses.
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Has de caminar a buen ritmo.
Para adelgazar, hay que caminar rápido, entre 7 y 9,5km/h. Concretamente, para hacerse una idea, debería recorrerse un kilómetro y medio en 10 o 15 minutos. Mantener ese ritmo, es un factor clave a la hora de adelgazar. Cuando el cuerpo trabaja entre el 60 y 70% de su frecuencia cardíaca, el cuerpo tiene que recurrir a sus reservas para obtener la energía necesaria para producir músculos que a su vez, aumentan el metabolismo basal, con el resultado de que se queman más calorías a lo largo del día y ese es nuestro objetivo.
¿Cuál es la técnica correcta para quemar calorías al caminar?
- Tener una zancada correcta:
Uno de los errores más comunes a la hora de caminar es alargar las zancadas de manera poco natural. Hay que encontrar una zancada que no afecte a la fluidez de nuestros movimientos.
- Mueve tus caderas adecuadamente.
Al cambiar las zancadas, verás que tu cadera se mueve más. Este movimiento se volverá más natural a medida que ajustes la longitud de tus zancadas. Tu pelvis y tus caderas gana movilidad aunque hay que tener cuidado de no exagerar el movimiento. Tiene que dar fluidez, pero sin llegar a ser demasiado acentuado.
- Mantén una buena pisada
Es muy importante caminar correctamente. El talón debe tocar el suelo primero y los dedos ser los que nos dan impulso, concéntrate en dividir el movimiento en tres partes:
1- Da un paso hacia adelante. Cuando el talón toque el suelo, el tobillo debe estar flexionado en un ángulo de unos 45°.
2- Estira el pie del todo y apoya tu peso en la parte delantera.
3- Cuando este pie esté totalmente apoyado, levanta la planta y los dedos del otro pie y pasa la pierna de detrás hacia adelante sin arrastrar el pie ni levantarlo demasiado.
- La técnica de los brazos
Mover los brazos de manera adecuada al caminar es uno de los factores más importantes. Son ellos los que te ayudan a coger impulso hacia delante y acelerar.
1. Mantén los brazos flexionados a 90°. Cuando empieces a caminar, balancéalos alternadamente, sin alejarlos del cuerpo. El movimiento proviene de los hombros. La mano no debe subir más arriba del mentón y no debe sobrepasar la cadera cuando vuelve hacia atrás.
2. No cierres los puños, el pulgar debe estar en contacto con los dedos sin apretar.
- Tener una buena respiración abdominal
Caminar es un ejercicio aeróbico, es decir, nuestro cuerpo necesita oxígeno. Cuando caminas, la sangre aporta oxígeno a los órganos y a los músculos que trabajan, y gracias a este combustible pueden quemar grasa y convertirla en energía. Si intensificas el esfuerzo, tienes que respirar más profundamente para proporcionarle un aporte extra de oxígeno a tu cuerpo, de lo contrario corres el riesgo de ahogarte. Realizando una respiración abdominal profunda mientras caminas, estás aumentando tu capacidad respiratoria.