Una pregunta que se hace mucha gente es la siguiente, ¿realmente afecta la falta de sueño a la obesidad? y la respuesta es clara, sí.
La horas que dormimos diariamente y la calidad de nuestro sueño, afectan más allá de lo que pensamos. Las alteraciones en el sueño son consideradas un factor de riesgo para el sobrepeso y la obesidad, especialmente en los niños.
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El sueño y la obesidad
Según el Instituto del Sueño, el sueño es una parte integral de la vida cotidiana, una necesidad biológica que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento.
La privación voluntaria del sueño puede precipitar enfermedades como la diabetes tipo II, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, metabólicas, hormonales, inmunológicas y psiquiátricas.
Se han realizado diversas investigaciones sobre como la alteración del sueño, especialmente su falta, aumenta el riesgo de sobrepeso y obesidad en niños.
Además de esto, la obesidad aumenta el riesgo de una mala calidad del sueño puesto que está relacionada con apneas del sueño, ronquidos e insomnio.
Es un círculo vicioso en el que solo con una buena alimentación, ejercicio físico y hábitos adecuados como dormir las horas suficientes o regular los horarios de las comidas, podríamos combatirlo.
En este post de mostramos como puedes combatir la obesidad con el deporte o como combatir la obesidad caminando
Sueño y obesidad en niños
Cabe añadir, que la obesidad es fruto del sedentarismo de los niños.
Pasan demasiadas horas frente a televisores, ordenadores, y cualquier tecnología, las cuales no solo fomentan la falta de ejercicio sino que también alteran el sueño negativamente debido a las radiaciones que emiten, fomentado la ganancia de peso.
Las personas que duermen peor tienen menos probabilidades de ser físicamente activas porque se encuentran más cansadas y gastarán menos energía.
Estudios realizados muestran que en 1031 niños de 5 años de edad media, se extendió a 10 horas de media el sueño en la mitad de ellos, y se redujo a 6 horas en la otra mitad.
El cociente grelina/leptina aumentó hasta un 78% en la restricción comparada con la extensión del sueño.
Estos son algunos de los problemas que conlleva la obesidad infantil
¿Cómo afecta el sueño a los trabajadores?
La falta de sueño interacciona con los mecanismos reguladores del hambre y del apetito, derivando en que las personas, no solo niños, que duermen menos tienden a comer más y de peor calidad.
Dormir menos de 5 horas al día, como sucede en una gran proporción de trabajadores en España, disminuye la hormona encargada de la saciedad, la leptina, y aumenta la concentración de la hormona que nos abre el apetito, la grelina, fomentando la sobrealimentación de alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas, altos en calorías.
Numerosos estudios muestran que los trabajadores de zonas urbanas en España tienden a dormir solamente entre 5 y 6 horas, cuando serían necesarias un mínimo de 7 horas, siendo más recomendable aún 8 horas al día.
Los datos coinciden con que existe mayor porcentaje de sobrepeso y obesidad en las zonas urbanas.
Estos individuos además de tener alterados los ritmos circadianos y las hormonas reguladoras del hambre, presentan niveles mayores de cortisol en sangre, hormona implicada en la respuesta al estrés que provoca un aumento en la inflamación, y peor metabolismo de la glucosa aumentando la resistencia a la insulina. Es importante señalar que la obesidad es un estado inflamatorio del organismo, por lo que situaciones de estrés aumentan el riesgo.