A menudo nos cuesta comenzar a llevar una vida que sea más sana. Queremos cambiar nuestros hábitos, pero suele hacerse algo cuesta arriba el empezar a llevar unas nuevas rutinas y dejar las nuestras atrás, sobretodo si eso implica renunciar a ciertos hábitos que tenemos muy integrados en nuestro día a día.
Esta Semana Santa os proponíamos una serie de consejos de nuestras dietistas-nutricionistas para ayudaros si habéis decidido dejar los malos hábitos atrás y comenzar a cuidaros mental y físicamente. Son unos consejos sencillos, que puedes aplicar progresivamente a medida que vayas avanzando en tu propósito. Puedes proponerte cumplir ir añadiendo uno por semana, de tal forma que en ocho semanas deberías estar cumpliendo todos a la vez. Sin embargo, desde la Unidad de Obesidad HM Montepríncipe os recomendamos escuchar a vuestro cuerpo y seguir el ritmo que este os pida, sin forzar. Cuando hacemos un cambio de rutina (y por ende, de vida), es importante escucharnos a nosotros mismos y marcar nuestro propio ritmo para que todo fluya de la forma más natural posible. De esta manera, será mucho más fácil integrar estos hábitos en nuestra rutina, ya que lo haremos cuando realmente nos sintamos preparados.
Consejos de la dietista-nutricionista
¿Estás convencido para dar el salto a una vida más saludable? Entonces lee estos consejos y trata de aplicarlos.
- Bebe más agua y menos refrescos: El cuerpo necesita hidratación. El agua es la forma más saludable de otorgársela. Un refresco de vez en cuando no debe suponer un problema, pero sí pasa a serlo si lo convertimos en un hábito. Los refrescos no son saludables. Generalmente tienen azúcares y aditivos, lo que no los hace una buena opción para un consumo diario. Trata de no comer con un refresco como bebida. En su lugar, incorpora el agua siempre que puedas. Reduce su consumo poco a poco y notarás la diferencia.
- Haz ejercicio físico diario y programado: El ejercicio físico es indispensable para llevar una vida sana. Lo habrás oído en un montón de ocasiones, y es cierto. El movimiento de nuestro cuerpo siempre ayuda a que nos mantengamos sanos y saludables, por lo que es un elemento fundamental que debemos incorporar en nuestras rutinas. No todos los días tenemos el tiempo suficiente para hacerlo, pero debemos tratar de que se convierta en parte de nuestro día, una parte fundamental a la que no debemos renunciar. No hace falta ir al gimnasio a diario a levantar peso: un paseo diario de media hora puede ser suficiente para mantenernos activos. Por supuesto, todo lo que podamos hacer suma. El movimiento siempre va a ser beneficioso y va a ayudarnos a ser más saludables.
- Anticípate y organiza tus menús: Este consejo es clave para todos aquellos a los que les cuesta eso de no ir a la nevera cada dos por tres a picar, y para los que os cuesta algo más cocinaros una comida en condiciones cada día. En ocasiones hacemos pereza, llegamos cansados y tiramos de algo rápido y generalmente poco saludable. Por eso este consejo es tan importante. Os proponemos buscar un momento del domingo para organizaros toda la semana de menús. De esta manera, no tendréis que pensar cada día qué cocinaros y acabaréis haciendo pereza, sino que ya tendréis la idea en la mente y solo tenéis que llevarla a cabo. Si queréis ir algo más allá, probad el batch cooking. Consiste en cocinaros todos los platos de la semana (generalmente, las comidas) el domingo, por lo que cada día tendréis la comida ya hecha y evitaréis caer en las tentaciones. Es un truco con el que notaréis la diferencia.
- Aumenta el consumo de verduras, hortalizas y frutas: Esta es la gran asignatura pendiente de prácticamente todos. Tenemos que añadir las verduras a nuestras comidas, y se recomienda tomar cinco piezas de fruta diarias. Comienza poco a poco a integrarlas en tus platos hasta que te salga completamente natural.
- Añade las legumbres en tus menús semanales: Las legumbres en ocasiones son las grandes olvidadas de la dieta, y eso que tienen muchísimos beneficios. Nos aportan proteínas, hierro y fibra (que mejora el tránsito intestinal) y prácticamente no tienen grasa. Además, son una gran fuente de energía. No siempre hay que comerlas al uso, tienen fama de formar parte de platos pesados para el estómago, pero lo cierto es que puedes incorporarlas de muchas maneras y en muchos platos, ¡sé creativo!
- Duerme suficientes horas: El sueño nos afecta mucho más de lo que nos creemos. No estar lo suficientemente descansado puede ser incluso un problema para nuestra salud, por lo que es verdaderamente imprescindible dormir suficientes horas para que el sueño no nos pase factura. Se recomienda dormir 8 horas diarias. Para lograr este objetivo, te recomendamos calcular la hora a la que te levantas normalmente y restarle esas ocho horas. Te saldrá una hora concreta como resultado: prueba a ponerte una alarma quince minutos antes y a dormirte a esa hora. ¡Notarás la diferencia!
- Controla las cantidades: Es importante no pasarnos con las cantidades al comer, igual que lo es no quedarnos cortos. Controlar las cantidades es fundamental para poder llevar una vida sana. La comida debe saciarnos, nunca dejarnos con hambre o con sensación de haber comido demasiado.
- No comas con distracciones: Este es un factor muy importante al que quizá no solemos prestar mucha atención. La psicología del apetito nos indica que las personas que comen con distracciones comen hasta un 50% más que cuando no las tienen. Esto ocurre porque cuando estamos distraídos (viendo la televisión, con el móvil…) nuestro cerebro no está centrado en procesar los alimentos que ingerimos, de tal forma que no nos avisa cuando estamos saciados. Además, se ha demostrado también que las personas que se distraen comiendo tienden a comer más entre horas. Si haces un esfuerzo consciente por comer sin distracciones, tu cuerpo te lo agradecerá.
Ahora que sabes todos los consejos, ¿te animas a incorporarlos a tus hábitos? Desde la Unidad de Obesidad HM Montepríncipe te mandamos toda nuestra fuerza, ¡mucho ánimo y a por ello!