El sistema de recompensa es un mecanismo del cerebro que se activa ante una conducta placentera y que aumenta la probabilidad de repetir esa acción. Este sistema se activa como consecuencia de la liberación de dopamina y oxitocina en nuestro cerebro, causada por la realización de un comportamiento gratificante que no por ello saludable.
La evidencia científica demuestra que la ingesta de alimentos ricos en grasa, azúcar y sal activan más el sistema de recompensa, lo que hace que se produzca un círculo vicioso en el que la persona tiene la necesidad de repetir de nuevo esa ingesta. La activación de este sistema es mayor en las personas con obesidad.
Muchos estudios hablan del sistema de recompensa como un instinto de supervivencia del cerebro ya que necesita constantemente buscar el bienestar, placer o calma, aunque no siempre se trate de cosas sanas.
La activación de estados emocionales como tristeza, enfado, rabia, culpa entre otros hacen que la persona no maneje de forma adecuada estos estados, se active su sistema de recompensa a partir de la ingesta de alimentos altos en grasa o azúcares y se refuerce lo que comúnmente se llama, ingesta emocional.
¿Cómo podemos activar el sistema de recompensa sin dañarnos?
Se trata de romper la asociación realizada en nuestro cerebro de comida / placer, instaurando otras conductas que no actúen por vía oral, ya que esto permitirá que el cerebro encuentre bienestar en otro tipo de conductas y, que por ende, puedan repetirse y activar el sistema de recompensa de forma más saludable.
Es decir, se trata de que no sean conductas que supongan ingestas aunque en muchos casos puedan ser saludables, ya que esto sería una mejor opción, por supuesto, pero no enseñaríamos a nuestro cerebro a recibir bienestar/placer a través
de otras conductas.
La elección de esas conductas es muy personal, ya que lo que a una persona le puede producir placer a otra puede no suponerle tanto. Por ello, es importante adentrase en uno mismo y preguntarse de forma consciente y pausada; ¿Qué puedo realizar que me haga sentir placer y no me dañe?
Hay que abrir nuevas vías de refuerzo para el cerbero ya que esto le permitirá anular el aprendizaje que genera daño, por otro que genere cuidado.