Un impacto directo del aumento de peso y de la aparición de la obesidad es la infertilidad, dos factores que provocan que descienda en los varones el número de espermatozoides y que tengan menos movilidad, además de que puede llegar a ocasionar disfunción eréctil. Y en las mujeres, la obesidad provoca alteraciones menstruales y un descenso en la calidad de los óvulos. Según el último Registro Nacional de Actividad de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), en 2019 se realizaron 180.906 tratamientos de reproducción asistida. Según ha explicado el doctor Luis Martínez Navarro, presidente de la SEF: “Además de la edad, la obesidad y sus complicaciones son los factores que en nuestro medio más influyen en la disminución de fertilidad. El aumento de peso aumenta claramente las tasas de aborto y disminuye las tasas de recién nacidos vivos”
La infertilidad en las mujeres:
En concreto, las mujeres con obesidad tienen una menor probabilidad de quedarse embarazadas de forma espontánea o tras técnicas de reproducción asistida, calculándose que la probabilidad de embarazo en mujeres con obesidad grave se reduce a la mitad respecto a mujeres con peso normal. Según la Dra. Ana de Hollanda, coordinadora del grupo de Obesidad de la SEEN, “se estima que por cada punto de incremento en el índice de masa corporal (IMC) se reduce la probabilidad de embarazo espontáneo en un 10%. Y se calcula que, tras técnicas de reproducción asistida, por cada punto de aumento de IMC disminuye un 9% los nacimientos de recién nacidos vivos”. ¿Por qué? Según esta experta, la obesidad se asocia a disfunción en la ovulación, principalmente por la presencia del síndrome de ovario poliquístico, pero incluso sin que exista esta enfermedad, la obesidad altera la ovulación normal. El exceso de grasa corporal, mediada por la resistencia a la insulina, provoca alteraciones en las hormonas que regulan la ovulación. Y a su vez el exceso de tejido adiposo afecta de manera negativa a la calidad de los óvulos y su capacidad de fecundación, así como a la matriz o endometrio contribuyendo a una mayor tasa de abortos.
La doctora Assumpta Caixás, coordinadora del GT Síndrome de Prader Willi de la SEEDO, destaca que “la obesidad no solo afecta la fertilidad en las mujeres, sino que también un 20% de los hombres con obesidad tienen disminuida su fertilidad”.
La infertilidad en los hombres
En el caso del hombre, el aumento de tejido graso da lugar a una conversión de hormonas masculinas a estrógenos y éstos provocarán una disminución de las concentraciones de testosterona y de gonadotropinas. La calidad y cantidad del semen en pacientes con obesidad están afectadas, además, por el incremento de temperatura testicular y puede dar lugar a alteraciones en el ADN. En concreto, los hombres con obesidad tienen 3 veces más probabilidad de oligozoospermia (concentraciones bajas de espermatozoides) comparados con hombres con normopeso y se estima que la probabilidad de infertilidad puede aumentar un 10% por cada 9kg de exceso de peso. Además, la presencia de síndrome metabólico, enfermedad vascular y las alteraciones hormonales comentadas dan lugar a disfunción eréctil cuya prevalencia en obesidad se estima en más de un 30%, incluso en algunos estudios la disfunción eréctil puede llegar a estar presente en hasta 60% de los hombres con obesidad.
El doctor Juan Ignacio Martínez Salamanca, como Coordinador del Grupo de Andrología de la AEU: “La obesidad en el varón está asociada con alteraciones hormonales que pueden provocar la disminución de la calidad seminal debido a una reducción en el recuento espermático, la baja movilidad de los espermatozoides y un aumento de las alteraciones morfológicas. Además, entre las alteraciones hormonales de los hombres con obesidad, hallamos un nivel bajo de testosterona, algo que puede provocar problemas de disfunción eréctil con la consiguiente dificultad para lograr un embarazo de forma natural”.
Tratamiento de la infertilidad:
Para aumentar las tasas de fertilidad, es muy recomendable que las personas con obesidad consigan una pérdida de peso saludable y mantenida en el tiempo mediante cambios en su estilo de vida, y en casos necesarios con fármacos o cirugía bariátrica. La reducción ponderal se asocia con una mejoría del perfil hormonal, la reanudación de la ovulación y mejoría de la calidad de los ovocitos y del semen. Según ha apuntado la SEEN, hay estudios que han mostrado que la adherencia a la dieta mediterránea mejora la concentración y motilidad de la esperma y que el seguimiento de esta dieta por la pareja antes de técnicas de reproducción asistida aumenta las probabilidades de embarazo 1,4 veces. Tras técnicas como cirugía bariátrica también se ha mostrado un incremento en un 20% de las pacientes con síndrome del ovario poliquístico que reanudan ciclos menstruales regulares y aumento de la fertilidad
La obesidad en España:
La obesidad es una enfermedad crónica de tendencia epidémica en el mundo occidental y se ha convertido en uno de los retos más difíciles en salud pública. Según la OMS la prevalencia de obesidad en muchos países europeos se ha triplicado desde 1980, 30–70% de los adultos en la Unión Europea tiene sobrepeso y un 10–30% obesidad. Globalmente, al menos 2,8 millones de personas mueren cada año como resultado del exceso de peso. En España, la prevalencia de sobrepeso estimada en la población adulta (25–64 años) es del 39,3%; la de obesidad del 21,6% (el 22,8% entre los varones y el 20,5% entre las mujeres), y aumenta con la edad. De seguir con el ritmo de crecimiento actual en el 2030 en España habrá 27,2 millones de adultos con exceso de peso que conllevará un aumento del gasto sanitario actual en más de 3081 millones de euros.
Actualmente el gasto sanitario debido a la obesidad es de 2.880 millones anuales, que representa un 7% del gasto sanitario español y un 20% de incremento del gasto sanitario per cápita. Este gasto incluye las comorbilidades de la obesidad (diabetes, hipertensión, apneas del sueño, etc.) sin embargo, nunca se habla de la repercusión económica que supone la infertilidad en concreto. No obstante, un estudio holandés, indica que la preparación de las mujeres con obesidad y deseo gestacional, con dieta y ejercicio físico previo a la gestación reduce los costes económicos si la mujer concibe en los 24 meses siguientes.
Se calcula que si los gobiernos europeos invirtieran los costes directos e indirectos de la obesidad en estrategias coste-efectivas se podría llegar a un ahorro del 60% en el sobrecoste que supone el exceso de peso.