Por África Urbano
Psicóloga de la Unidad de Obesidad de HMM
El ser humano está programado para dormir cuando no hay luz. Nuestro cerebro percibe la
oscuridad y genera, a través de sabios circuitos preparados para la supervivencia, sustancias
relacionadas con el periodo de sueño: la melatonina, nuestra hormona para dormir.
Y de forma paralela se inhibe la producción de sustancias relacionadas con el periodo de vigilia: el cortisol nuestra hormana de la activación.
Índice de contenidos
¿Qué personas tienen mayor riesgo de padecer problemas de sueño?
Dejando a parte a todos aquellos que tengan una patología concreta, son más vulnerables a los
problemas de sueño:
– Personas que no hacen ejercicio programado y consciente.
– Personas sedentarias con tendencia a reducir su actividad física.
– Los que hacen cenas copiosas imposibles de digerir.
– Personas que utilizan intensamente dispositivos electrónicos cuando ya ha anochecido.
– Personas con tendencia a alargar la jornada viendo series y películas, leyendo hasta muy tarde,
o conectándose a redes sociales.
– Personas que, por motivo de trabajo, realizan turnos que les llevan a alterar sus ciclos
circadianos.
– Personas mentalmente activas, con dificultades para relajarse.
– Personas con tendencia a la preocupación y con dificultades para desconectar de las mismas.
Consecuencias de los problemas de sueño
Frecuentemente van acompañados de irritabilidad, ansiedad, y depresión, por lo que pueden
afectar en las relaciones socio-personales.
Frecuentemente, generan cambios cognitivos: problemas en la atención, concentración y
memoria que pueden llegar a afectar en lo laboral y en lo académico.
En muchas ocasiones llevan a la persona a realizar ingestas emocionales que derivan en
sobrepeso y obesidad.
Soluciones
– Aprender técnicas de relajación y mindfulness.
– Hacer ejercicio, siempre que se pueda al aire libre.
– Evitar cenas copiosas.
– Cerrar móviles y ordenadores al menos dos horas antes de dormir.
– Dejar los dispositivos electrónicos fuera de las habitaciones.
– Ver la televisión de forma moderada, no prolongando la jornada demasiado.
– Y, lo más importante, aprender a gestionar a través de la psicoterapia los aspectos que nos
llevan a perder la regulación interna.