Por África Urbano
Psicóloga de la Unidad de Obesidad de HMM

Frecuentemente observamos en personas conocidas actitudes o conductas que en nuestro lenguaje coloquial se traducen en «Tienes un TOC» (Trastorno obsesivo compulsivo). Esto, que se ha popularizado a través de guiones de teatro y cine en donde se aborda semejante problema de forma grotesca, es una grave enfermedad mental. 

En estos momentos, y tras pasar todos estos días de encierro, escuchando problemas asociados a la salud, a los contagios y a las medidas de seguridad y de protección, en muchas personas vulnerables se puede desarrollar un trastorno obsesivo compulsivo.

La obsesión por la salud, la limpieza y los contagios  está a la orden del día 

Hemos de diferenciar entre una personalidad obsesiva y una persona con TOC. En el primer caso, si bien es verdad que su conducta será rígida, perfeccionista y «maniática» con ciertos asuntos, nunca llegara a ser disfuncional. 

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¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo? 

Es una dolencia en la que el paciente tiene pensamientos intrusos, obsesivos, recurrentes, indeseados y automáticos que le generan un nivel elevado de ansiedad y que, a veces, van acompañados de comportamientos que la persona realiza para descargar esa ansiedad, asociando al pensamiento una conducta, la compulsión, que para nada le sirve y que, a la larga, generará el efecto contrario. 

 

¿Qué son la Obsesiones? 

Cadenas de pensamientos, imágenes, recuerdos, ideas, que aparecen una y otra vez en el discurso interno del paciente, llevándole a revivir, de forma persistente, eventos ya vividos, o a anticipar situaciones que le llevarán, indefectiblemente, a momentos desagradables. 

 

¿Qué son las Compulsiones? 

Conductas repetitivas que, generalmente. derivan de las obsesiones y que se realizan dentro de un marco rígido y autoexigente por parte del sujeto.

Es decir, este se ve abocado a realizar cadenas de acciones siempre de la misma manera. 

 

¿El TOC tiene un componente genético? 

Hemos de decir que lo externo puede precipitar la aparición del problema.  

En las circunstancias actuales personas que antes estaban más o menos reguladas van a perder el equilibrio. Muchos sujetos podrán empezar a manifestar sintomatología asociada al trastorno que estamos describiendo. 

Existen estudios que nos indican que hay componentes genéticos que influyen negativamente en la maduración de las zonas orbitofrontales, corteza cinglada y cuerpo estriado de nuestra corteza cerebral. 

Estas personas son más vulnerables a padecer problemas psicológicos/psiquiátricos. 

Su temperamento, es decir, esos rasgos más estables de la personalidad, les llevan a tener una emotividad  negativa, dificultades en la tolerancia a la frustración, en la inhibición de impulsos y una personalidad rígida, inflexible  y vulnerable. 

 

¿Cuáles son los síntomas del TOC? 

 Disfuncionalidad elevada asociada a Pensamientos intrusos y persistentes. En otros trastornos también observamos este tipo de pensamientos, pero en el caso de los TOC son elevadamente recurrentes.  

El contenido de los pensamientos, preocupaciones y anticipaciones puede o no estar relacionado con situaciones de la vida real del sujeto.  

Frecuentemente, terminan realizando conductas compulsivas. 

El contenido de las obsesiones: 

Obsesión por dejar de tener pensamientos que consideran prohibidos, asociados a temas sexuales, de agresión y/o  daño que puedan generar en sí mismos o en personas de su entorno. 

Obsesión por la limpieza y la simetría. El paciente dedica horas a limpiar, a colocar, y ordenar, pero nunca está satisfecho con el resultado. 

Obsesión por la contaminación. Lo que les lleva a evitar acudir a lugares en donde esperan encontrar sustancias nocivas. 

Obsesión por la salud. Su preocupación es excesiva, huyen de la gente para no contagiarse, toman muchas precauciones, y piensan frecuentemente en enfermedades. 

 

¿Cuáles son la consecuencias? 

El problema genera un gran impacto sobre la calidad de vida y un acusado deterioro en lo laboral y en lo socio-personal 

El paciente termina restringiendo su actividad social; evita situaciones relacionadas con su obsesión; su afán de perfección le lleva al abandono de sus proyectos, a la procrastinación; pierde autonomía e independencia; y genera disfunción en las relaciones familiares y de pareja.