Por África Urbano
Psicóloga de la Unidad de Obesidad de HMM

La Pandemia del COVID 19 puede generar en algunas personas estados de confusión y
tristeza. Algunos han entrado en lo que podríamos definir como un estado de «abatimiento
adaptativo o depresión» que puede ser el inicio de estados de inadecuación más profundos.

El siguiente paso dentro de este espectro emocional maladaptativo será un estado de lo que conocemos como indefensión aprendida, antesala de la depresión.

Secuelas post Covid-19: Obesidad y reloj biológico

 

¿Qué es la Indefensión Aprendida?

Los experimentos realizados en 1967 por Seligman y Maier sobre Indefensión Aprendida (1)
(learned helplessness) mostraron que ante una situación impredecible asociada a un estímulo
adverso, el sujeto entiende internamente que los acontecimientos están fuera de su control, y
decide, poco a poco, no hacer nada.

Entra en un estado de inactividad inducida en el que la motivación de logro (2) desaparece para dejar espacio al vacío: el estado depresivo. En 1975 Seligman, Abramson y Teasdale reformularon la Teoría de la indefensión aprendida y añadieron que, para llegar a estados más disfuncionales dentro del proceso, hay que considerar también factores internos (endógenos).

¿Qué importancia tienen los factores internos dentro del continuo abatimiento- depresión?

Son determinantes. La persona internamente siente, aunque esto no sea real, que no puede
hacer nada para modificar su situación o, ni siquiera se plantea cambiarla. Su esquema interno
basado en creencias irracionales le llevan, según Beck, a tener una visión negativa de sí mismo,
del entorno y del futuro: «Triada cognitiva»(3)

La percepción alterada de la propia competencia es uno de los componentes internos que
peores consecuencias puede tener en el ser humano.

Según Weiner si el estilo atribucional (4) tiene:
Locus de control interno, es decir, si el sujeto atribuye el problema a factores relacionados
consigo mismo.
– Un componente de estabilidad, según el cual la persona considera que lo que le ocurre va a
permanecer en el tiempo.
– Y, si además, interpreta la realidad dentro de un marco de incontrolabilidad, todo ello puede
contribuir a que la persona entre en estados tristes, depresivos o distímicos (trastorno
depresivo persistente).

¿Cuándo podemos decir que una persona tiene depresión?

Según DSM5,(5) Manual diagnóstico de los Trastornos mentales, «los trastornos depresivos
son el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo» cuyo componente común «es la presencia de un ánimo triste, vacío e irritable, acompañado de cambios somáticos y cognitivos que afectan significativamente a la capacidad funcional del individuo».

¿Tristeza normal o depresión?: De lo leve a lo grave.

Y, como siempre, nos movemos a los largo de un continuo en el que tendremos que discriminar
entre una situación de «tristeza normal» y «la tristeza del episodio depresivo».

Debemos observar, al menos durante dos semanas:

Un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día y casi todos los días.
– Con sensación de vacío, tristeza y desesperanza, a veces con llanto o llanto persistente.
– Una disminución de los intereses, y una actitud displacentera hacia las actividades del día.
– Pensamientos recurrentes asociados a errores del pasado que ponen en entredicho la propia
valía. Rumiaciones obsesivas relacionadas con sentimientos de inadecuación,
– Miedos y fobias relacionados con la salud, con salir de la zona de confort.
– Desaliento, desesperanza y, en casos extremos, ideaciones suicidas.

¿Por qué a veces la persona no identifica el problema?

En ocasiones el sujeto que está en este estado de depresión no lo identifica. Incluso puede llegar a negar su tristeza. Aunque vive en un estado depresivo, elude reconocerlo:

– Lo atribuye a factores externos.
– Le da soluciones mágicas.
– Identifica tristeza con debilidad.
– Internamente considera que estar triste es un defecto. Lo asocia a inutilidad.
– O evita pensar en ello porque se siente culpable.

Secuelas post Covid-19: Problemas de sueño, sobrepeso y obesidad.

¿Qué puede ayudar a la persona a identificar el problema?

Muchas veces se tienen que dar otras circunstancias más objetivas, como, por ejemplo:

– Alteraciones de sueño.
– Enlentecimiento, fatiga, pérdida de energía.
– Alteración en procesos cognitivos de atención y memoria.
– Pérdida de peso sin hacer dieta. O aumento de peso por ingesta emocional.

Evidentemente, cuando esta situación tiene una repercusión en el funcionamiento social, familiar
y/o laboral, impidiendo que la persona actúe de forma competente en su entorno, este factor
puede activar la identificación de la alteración y que se tomen medidas concretas.

¿Qué podemos hacer?

A través de la psicoterapia el paciente puede aprender a modificar su forma sesgada de
interpretar la realidad. Las personas deprimidas, según Beck, pueden llegar a ser bastante
precisos en su valoración de la realidad: «realismo depresivo».

No necesariamente la ven de forma distorsionada, pero sí sesgada. Es decir, con los matices del desaliento.

El Psicólogo tendrá que intervenir sobre la tendencia del paciente a:

– La sobregeneralización.
– Los pensamientos de todo-nada y los pensamientos dicotómicos, en los extremos.
– Lo que se conoce como «inferencias arbitrarias», en donde extraen de la realidad solo aquello
que conecta con su ánimo.
– La tendencia al drama-catástrofe en la valoración de los problemas.
– La personalización, en donde todo pasa por ellos.
– La abstracción selectiva, esa distorsión del pensamiento que lleva a teñir de negro todo un día
por, tan solo, una frustración.

¿Qué proponemos desde la Unidad de Obesidad?

Entendemos que los pacientes, en el contexto COVID 19 deben estar atentos a sus estados
emocionales. NUESTRO objetivo a nivel psicológico será:

– Fomentar en los pacientes la utilización de estrategias de reestructuración cognitiva que les
lleven a procesar la información de forma más saludable y mediante las que consigan,
aprender a reformular, reetiquetar, y transitar por un marco explicativo de su situación sin el
sesgo de la tristeza.
– Incrementar en los pacientes un lenguaje emocional más amplio que les lleve a identificar sus
estado emocionales de forma más precisa.
Mejorar en los pacientes la toma de conciencia sobre la repercusión de sus conductas
animándoles a realizar acciones adaptativas como salir de casa, practicar ejercicio al aire libre,
comer alimentos saludables y sustituir la tendencia a consumir redes, «redpatía» por
interacciones más saludables y próximas en las que el miedo al contacto humano sea
sustituido por la consolidación de medidas eficaces de autoprotección.

Bibliografía
Teoría de la Indefensión aprendida.
Teoria motivación de logro.
Teoria de los estilos atribuciones.
Teoria cognitiva de Beck
Manual de los Trastornos mentales DSM 5